· Felipe Vengoechea · hongos-comestibles
Nameko (*Pholiota microspora*): El Tesoro de Ámbar Japonés
Pequeño, naranja y... ¿baboso? El Nameko es adorado en Japón precisamente por esa capa gelatinosa que espesa las sopas de forma natural. Descubre el secreto del Miso perfecto.

El Secreto del Mucílago: ¿Por qué es “baboso”?
Para el paladar occidental inexperto, la textura del Nameko (Pholiota microspora) puede ser desconcertante. Está cubierto por una capa brillante de mucílago natural. Lejos de ser un defecto de descomposición, esta capa gelatinosa es su mayor virtud culinaria.
- Función Biológica: En la naturaleza, esta capa protege al hongo de la desecación y facilita la dispersión de esporas por insectos, que se quedan pegados momentáneamente.
- Función Culinaria: Al cocinarse, el mucílago se disuelve parcialmente, actuando como un espesante natural (similar a la okra). Esto da a las sopas y guisos ese cuerpo sedoso y reconfortante (mouthfeel) que define la alta cocina japonesa.
Ecología: El Hongo de la Madera
El Nameko es un descomponedor de madera agresivo. Crece en racimos densos, parecidos a familias de pequeños botones anaranjados, sobre tocones de haya y roble en los bosques húmedos de otoño. Su tamaño es diminuto (sombreros de 2-5 cm), pero su impacto visual es enorme: parecen joyas de ámbar brillante emergiendo de la madera oscura.
El Rey de la Sopa Miso
En Japón, el “Nameko jiru” (Sopa de miso con Nameko) es una institución. La regla de oro es: No se lava el mucílago. Si lavas los Namekos enérgicamente para quitarles lo “resbaloso”, arruinas el propósito del hongo. Se deben enjuagar suavemente solo para quitar restos de sustrato, manteniendo la capa protectora intacta.
Perfil de Sabor: Sabe a nuez, tierra y bosque, con un final ligeramente ácido y frutal que corta la riqueza de la pasta de soja (miso).
Cultivo: Baja Temperatura, Alta Humedad
El cultivo de Nameko requiere paciencia y frío.
- Sustrato: Aserrín de madera dura enriquecido.
- Incubación: Larga (60-90 días). El micelio crea una piel marrón protectora sobre el sustrato antes de fructificar.
- Fructificación: Necesita frío (10-15°C) y una humedad relativa altísima de casi 98-100%. Sin esa humedad saturada, no se forma la capa de mucílago característica y el hongo aborta o crece seco y sin valor comercial.
Conclusión
El Nameko nos enseña a superar nuestros prejuicios texturales. Lo que en occidente podría parecer “viscoso” e indeseable, en oriente se venera como una textura sofisticada (neba-neba). Es el ingrediente esencial para elevar una simple sopa de miso a una experiencia gastronómica auténtica, aportando cuerpo, color y el sabor inconfundible del otoño japonés.
Referencias
- Tsuji, S. (2006). Japanese Cooking: A Simple Art. Kodansha International.
- Stamets, P. (2000). Growing Gourmet and Medicinal Mushrooms.
- Mycoscience. Polysaccharides of the mucilage of Pholiota nameko.


